Esa mirada hipnotizante es de Rufo. Cuando tuvimos la oportunidad de empezar a ayudarle, era un jovencito de unos 8-10 meses muy alegre y sociable, tanto con personas como con perros. Estaba en una casa de acogida en la que convivía con otra perrita con la que se lleva genial: su madrina hizo un fantástico trabajo, apoyada por nuestros voluntarios Nuria y Luis de la Asociación LealCan. Rufo aprendió sin problema a caminar sin tirar de la correa, a no subirse a la mesa, a estar tranquilo en casa… ¡Hasta ese momento no había tenido oportunidad de aprenderlo! Como muchos perros jóvenes le gusta la marcha, pero ya ha avanzando mucho a la hora de gestionar mejor sus emociones gracias al trabajo de los educadores caninos voluntarios. Además, todos los días se encuentra con sus amigos en el parque y se lo pasa pipa con ellos. Ya ha sido adoptado y su nueva familia contará con el asesoramiento de LealCan para que tengan una buena convivencia. ¡Enhorabuena Rufo!
En las imágenes, Rufo, su compañera perruna, Nuria y Luis.